Como sabéis la vainilla es un ingrediente imprescindible para mí en la repostería y hoy me gustaría enseñaros a cómo reutilizar las vainas de vainilla una vez las hemos usado y así sacarles el máximo rendimiento.
Las vainas de vainilla, si las compramos de calidad, suelen tener un precio elevado, y es que su proceso de producción, es realmente costoso, pero cuando tenemos en nuestras manos una vaina de calidad, el sabor y aroma que deja en nuestra elaboración, sin duda es maravillosa.
Como ya sabréis yo soy fiel a una marca de vainilla (Eurovanille), me enamora su calidad, su precio y el equipo humano que hay detrás de esta empresa.
Este post no es una colaboración pagada, sino que es un post que estoy haciendo porque me apetece compartir con vosotros mis pequeños truquitos para no desechar tanta comida, como ya hice con el post sobre cómo congelar postres.
Así que vamos a ver cómo podemos reutilizar las vainas de vainilla.
Indice de contenidos
Aprovecha el 100% de las vainas de vainilla
Como os he dicho, os voy a contar como reaprochar las vainas. Así que para ello voy a empezar explicándoos como sacarle el máximo potencial cuando las acabamos de comprar y las queremos usar para un postre.
Para ello tenemos dos formas de usarlas, la primera es infusionar la vaina de vainilla en caliente y la otra es infusionándola en frío.
Os explicao brevemente estas dos formas para que así podais escoger la que más se adapte a vuesro postre.
Infusión de la vainilla en caliente
Partimos de la base de que tenemos que usar el 100% de la vaina de vainilla, es decir, la vaina y las semillas de su interior, este tipo de utilización es la más común.
Y algunos podéis pensar, ¿la vaina también? Pues sí, porque en la piel de dicha vaina se encuentran una gran parte de los componentes aromáticos.
Para infusionar la vaina vamos a abrir la vaina de vainilla, os explico cómo hacerlo en el post sobre las vainas de vainilla y vamos a añadir tanto la vaina como las semillas, en leche o nata y lo vamos a poner a calentar.
Debemos remover constantemente para que no se nos pegue a la al cazo.
Tip; para que la leche o nata no se pegue al cazo, debemos humedecerlo con un poco de agua antes de añadir la leche o nata.
Ahora lo mejor es tener un termómetro de cocina, ya que debemos controlar quela cocción, no sobrepase los 85 °C para respetar así todos los componentes de la vainilla en perfecto estado.
Para finalizar, volcamos la mezcla en un bol y cuando pierda un poco de temperatura, la taparemos con papel film al contacto (para que no cree costra), y la dejaremos un mínimo de 12 h en la nevera.
¿Fácil, verdad?
Infusión de vainilla en frío
Este método no es muy común, me atrevo a decir que solo se hace en restaurantes de alta cocina, pero de todos modos, os lo cuento brevemente para que lo conozcáis.
El problema de este tipo de infusión, es que requiere mucho tiempo de infusión y ofrece poco rendimiento. Pero como ventaja, puedo decir que su sabor final es extremadamente refinado.
Para empezar el proceso es el mismo que el anterior, es decir, abrir la vaina y poner a calentar la vaina y las semillas en leche o nata, removiendo constantemente para que no se pegue.
A continuación, nuevamente con el termómetro, calentamos la leche hasta llegar a los 40 °C.
Una vez alcanzada esta temperatura, introduciremos toda la mezcla (vaina incluida), en una bolsa para vacío y la cerraremos extrayendo el aire al 100%.
Y reservaremos esta mezcla a 4 °C durante 5 días como mínimo.
Ahora ya sabemos las dos formas básicas de utilizar las vainas. A partir de esta utilización, voy a contaros cómo reutilizarlas para sacar el máximo provecho, dependiendo del tipo de elaboración que queramos hacer.
En mi caso, yo utilizo normalmente la pasta de vainilla o la esencia de vainilla. Pero cuando uso vainas, siempre intento sacarles más usos.
El que más suelo hacer es el primero del que os voy a hablar.
Azúcar avainillado
Para empezar os diré que podemos sustituir un 20% del azúcar que indique nuestra receta por azúcar avainillado.
Con ello conseguimos una elaboración de más calidad gastronómica.
Este tipo de azúcar nos sirve tanto para productos crudos como para elaboraciones en caliente. Como por ejemplo, crema chantilly, trufas, ganaches, cremas, crema catalana, helados, galletas de mantequilla, macarons y bizcochos.
Para empezar, aclararemos con abundante agua caliente las vainas de vainilla. Recordemos que las hemos infusionado en leche. Por ello debemos limpiarlas antes de reutilizarlas.
Una vez limpias, las vamos a secar bien, para ello nos ayudaremos del horno.
El cual lo pondremos a 60 °C y tendremos las vainas secando durante 30 minutos.
Cuando las tengamos secas, podremos usarlas, para ello pondremos 10 vainas por cada kilo de azúcar.
Pero bueno que si tenemos 2 vainas, utilizaremos 200 g. de azúcar.
Ahora cerraremos el bote (cuanto más hermético mejor) y cada dos días lo agitaremos para que no se apelmace y al mismo tiempo, para que se mezcle todo.
Haremos esto durante 15 días.
Y transcurrido este tiempo, abriremos el bote y lo trituraremos todo junto, lo justo para que se triture todo bien. Con esto conseguiremos que el azúcar se derrita un poquito y absorberá el aroma de la vainilla.
Para finalizar, tamizamos el azúcar para eliminar posibles trozos de vaina grandes.
Vainilla como decoración
Este tipo de utilización, es meramente decorativo. Para cuando queremos hacer un postre muy refinado, como por ejemplo la tarta de manzana que hice para el máster de pastelería de ESAH.
Es perfecto para decorar piezas individuales, tartas o troncos de navidad.
Como os he dicho antes, debemos tener las vainas secas y limpias, así que este paso se repite. Es decir, lavar y hornear las vainas.
Seguidamente, pintamos con un pincel, las vainas ligeramente con clara de huevo pasteurizada (más que nada porque no se va a cocer).
Rebozamos las vainas en azúcar común o azúcar moreno (esto es, a gusto de cada uno) y dejamos reposar dentro del horno apagado toda la noche.
Esto es ideal hacerlo después de secar las vainas, ya que el horno todavía mantiene algo de temperatura.
También podemos usar un deshidratador (si tenemos. No es mi caso).
Y a las 24 horas ya podremos guardar nuestras vainas azucaradas para decorar en un frasco bien tapado.
Licor de vainilla
Este tipo de reutilización de la vaina es genial para emborrachar planchas de bizcochos, plumcakes o incluso para tiramisú.
Aunque no es una elaboración que suela tener muy a mano, ya que no suelo usar alcohol en mis elaboraciones.
Para ello, vamos a sumergir 5 vainas (limpias y secas) en una botella con 500 ml de alcohol 70 °C. Lo cerramos bien, y lo dejamos madurar durante 2 semanas.
Transcurrido este tiempo, vamos a hacer un almíbar ligero hirviendo 500 ml de agua junto con 200 g de azúcar. Cuando esté frío, añadiremos 50 g de licor al almíbar de vainilla y mezclaremos.
De esta forma sale muchísima cantidad. Pero podéis adaptar las cantidades sin problema o compartir con alguien este licor.
Conservar la vainilla
Por último, me gustaría hablaros brevemente de cómo debemos conservar la vainilla, ya que es una pena que un producto tan caro y al mismo tiempo tan preciado, se eche a perder por no saber conservarlo correctamente.
Debemos tener en cuenta que para garantizar su calidad, no debe de estar en contacto con el aire y deberá estar en un sitio oscuro.
Lo mejor es que envasemos las vainas de vainilla al vacío para evitar que se sequen, dentro de una caja de metal y en la nevera a 4 °C.
De esta forma se cumplen las dos premisas, sin contacto con el aire y en la oscuridad.
Otra opción es congelar las vainas envasadas al vacío.
Esta opción es muy cómoda, pero, por otro lado, paralizamos el continuo desarrollo de los aromas de las mismas. Porque las vainas, si son de calidad, siguen madurando con el paso del tiempo si se mantienen bien conservadas.
Conclusión
En fin amores, espero que hayáis disfrutado con este post y que os gusten estas formas de reutilizar las vainas de vainilla ya usadas.
Es verdad que si después de usarlas, las reaprovechamos, ya no salen tan caras comprar vainas de vainilla de calidad. O bueno, por lo menos esta es mi opinión.
Ahora os toca a vosotros poner en práctica alguna de estas formas de reaprovechar las vainas.
¿Cuál eliges tu?
Mil besos
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