Hoy en día encontramos un sinfín de mermeladas en el súper, pero no es ninguna novedad porque nuestras abuelas, ya las hacían mucho antes de que se vendieran y fueran tan codiciadas, y hoy estoy aquí para enseñaros a hacer mermelada de fresa como mi abuela me enseñó.
La mermelada es perfecta acompañante, es más, creo que es uno de sus pocos propósitos, nos acompaña en los desayunos con nuestras tostadas untadas en mantequilla, nos acompaña en nuestros elaborados postres y nos acompaña en nuestras detallas presentaciones como adorno.
No se sabe muy bien el origen de la receta, aunque sí que hay escritos que sitúan la mermelada en Portugal, como principal origen. Sea de donde sea, tenemos la suerte de poder disfrutarla hoy en nuestras elaboraciones.
La receta de mermelada es una de esas que hay que tener muy a mano, ya que la necesitares en multitud de ocasiones. Recuerdo que cuando a mi abuela le traían mucha fruta del campo y no sabía que hacer con tanta cantidad, cogía unos cazos de metal y se ponía a hacer tarros y tarros de mermelada y yo la ayudaba de vez en cuando poniendo la fecha y el nombre de la mermelada en la etiqueta del tarro.
Eso sí, estas mermeladas no eran para vender, estas mermeladas eran para tenerlas guardaditas e ir usándolas a lo largo del año y para llevarlas a modo de presente cuando íbamos de visita a casa de alguien.
La mermelada de fresa de mi abuela era mi favorita, y como con el paso del tiempo aprendí a hacerla, hoy la quería compartir con todos vosotros.
Si vais a utilizar esta receta como conserva, aseguraros de introducir la mermelada en tarros esterilizados y cerrados herméticamente. Una vez cerrado, durará aproximadamente 1 año en óptimas condiciones y abierto un mes en el frigorífico.
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