De niña me encantaba que me trajesen carbón de reyes dulce, me chiflaba, (bueno a día de hoy también, pero ya no me sienta tan bien comer tanto azúcar sin remordimiento), y es por eso que hoy os quiero enseñar a como prepararlo en casa.
Me acuerdo de que mi abuela me contaba que cuando ella era pequeña, si se portaba mal, le traían un trozo de carbón (del de verdad) para que supiese que algo no había hecho bien, aunque siempre tenía también algún regalito bueno, el carbón se lo dejaban a modo de advertencia para los siguientes años.
Menos mal que las cosas van cambiando poco a poco, porque yo me llego a ver esa piedra negra como regalo y me da algo, con lo buena que era yo…
Eso sí, no os dejéis engañar por su sencilla elaboración, el carbón de reyes, es más complicado de lo que parece y hasta los maestros muchas veces dudan de si va a salir todo lo esponjoso que debería. Tampoco quiero asustaros porque si yo lo he hecho vosotros también podéis, pero sí que os advierto que a la primera quizás no os salga bien.
Pero como en realidad son ingredientes tan baratos, tampoco perdemos tanto al intentarlo. Os aconsejo que os hagáis con un termómetro para caramelo ,ya que el punto de almíbar es superimportante.
En muchas ocasiones se desploma y queda muy apelmazado, y esto ocurre porque se enfría más rápido la parte de arriba que la de abajo y como pesa más se hunde. Pero como os he dicho, no desesperéis que a la segunda, cuando os salga, vais a quedar encantados.
Y claro, el carbón no tiene por qué ser negro, así que os animo a que hagáis carbón de todos los colores, queda precioso. Si buscáis más ideas dulces para estas navidades no os perdáis todo el repertorio que tengo, seguro que alguna hay que os animéis a hacer.
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