Recuerdo con cariño, esas mañanas de invierno en las que me levantaba por la mañana en casa de mi abuela y toda la casa olía a magdalenas de nata. Me entraba el olor en la habitación y me despertaba de la forma más dulce que podía haber. Iba despacito, sin hacer ruido y me acercaba a la cocina, y ahí estaban encima de la mesa de la cocina unas deliciosas magdalenas caseras hechas por mi abuela, listas para que las desayunáramos juntas. ¡Qué recuerdos tan bonitos!
Esta es una de esas recetas fáciles que siempre te apetecen y te tele transportan a momentos divinos. Con todo este tema de la globalización, hemos cambiado el nombre a todo y en realidad lo hemos americanizado. Ellos las llaman cupcake, ¿a día de hoy quien no sabe lo que es un cupcake?, si dices que estás comiendo una magdalena suena a «algo pasado de moda» pero si lo llamas cupcake «eres la persona más cool que existe».
Y es que están tan buenas que hasta se pusieron de moda siendo simples magdalenas decoradas. Ya hacía tiempo que quería hacerlas y por fin me he animado aunque yo las he hecho con arándanos, ya que a mi chico le gustan mucho y quería darles un toque personal.
Aunque ya me me conocéis, suelo hacer postres fáciles. Podéis personalizarlas como más os gusten aunque a mí, me encantan con azúcar solamente o con chips de chocolate, siempre podéis entrar en mi sección de magdalenas donde os propongo nuevas y diferentes ideas. Espero que disfrutéis mucho de esta receta y que podáis crear recuerdos tan bonitos como los míos, con ellas.
Os dejo el link por si todavía no tenéis mi libro y los utensilios que uso para realizar estas magdalenas de nata deliciosas: Mi primer libro, Cuencos Rosti Mepal, Molde cupcakes, Capsulas para magdalenas, Robot de cocina Kmix,
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