Me encantan los retos, me gusta probar recetas imposibles, o sabores diferentes y eso me pasa mucho con los batidos. Esta vez he conseguido hacer un batido de selva negra porque ¿Quién no conoce la tarta de selva negra? Es una tarta deliciosa, muy típica de Alemania que consta de una base de bizcocho de chocolate con cerezas, recubierta de crema chantillí y decorada con chocolate.
La verdad que el licor en los dulces no son de mi agrado, de hecho siempre esquivo los bombones de licor de los típicos surtidos Navideños, pero en este caso, el bizcocho bañado con ese licor de cerezas tan delicioso pasta súper bien con el resto de ingredientes, de hecho si no lo ponemos perderá todo su sello de identidad. Aquí en España, encontrar dicho licor era un poco difícil, pero la verdad que a día de hoy lo más fácil es acercarse a una licorería o comprarlo en el Aldi. Generalmente viene en una botellita pequeña, pero es un licor muy fuerte y la verdad es que no hace falta más.
Hay veces en las que nos apetece esta tarta y ponernos manos a la obra a veces da un poco de pereza. Así que hoy he intentado plasmar esta tarta en un batido. La verdad es que el resultado es sabrosísimo. Es como comer la tarta pero bebida y bien fresquita. Y no creáis que no me ha costado lo mío conseguirlo, ya que es supercomplicado plasmar un sabor de un pastel tradicional como es la tarta de selva negra en un sorbo. ¡Pero lo conseguí!, de hecho es una modalidad que me gusta mucho y que en mi libro lo plasmo con una categoría entera de postres clásicos en formato de batido, de hecho a la sección la denomino «Bébete un postre».
Se me olvidaba comentaros, que muchas bases de estos batidos llevan un helado de vainilla, y aunque nos parezca insignificante, si tenemos un buen helado tendremos un buen batido casi seguro.
Si os apetece comentarme que tal os ha parecido o si tenéis alguna idea loca de algún batido con un sabor imposible, decírmelo en los comentarios, estaré encantada de leerlos y contestaros.
