No sé qué me pasó el verano pasado. Supongo que en un ataque de prudencia (o locura momentánea), decidí no compartir esta receta de helado de chocolate cremoso. Pensé que ya había demasiadas recetas de chocolate en el blog. Que si brownies, que si bizcochos, que si tartas… ¡Hasta yo pensé que era demasiado!
Así que opté por otros sabores: vainilla, nata, frutas, incluso algún que otro experimento refrescante. ¿Y qué pasó? Que empecé a recibir mensajes por todas partes:
— “¿Dónde está el helado de chocolate?”
— “¿Tienes receta de helado de chocolate casero?”
— “Por favor, ¡haz uno bien cremoso!”
Y yo solo podía pensar: “¡Pero si lo tengo listo desde hace meses!”
Así que este verano no pienso cometer el mismo error. Porque si hay una receta que grita verano, felicidad y antojo… es esta. Un helado de chocolate casero, cremoso, fácil de hacer y que no tiene nada que envidiar a los de heladería. Es más: puedes hacerlo a tu gusto. ¿Lo quieres con chips de chocolate? ¡Ponle! ¿Con trocitos de brownie? Aquí tienes mi receta de brownie de chocolate. ¿Una cucharada de Nutella escondida dentro? Pues claro que sí.
🍦 ¿Por qué este helado de chocolate es diferente?
La clave está en dos cosas:
- El cacao: No escatimes. Usa un cacao puro, de buena calidad. Es lo que marca la diferencia entre un helado casero “meh” y uno que te hace cerrar los ojos de placer al primer bocado.
- La cremosidad: Esta receta no necesita heladera. Pero aún así, la textura es de heladería total. Sedosa, untuosa, de esas que no cristalizan y que puedes servir con cuchara de bola sin que se rompa.
🍫 ¿Eres choco-adicta como nosotras?
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