10 TRUCOS para un BIZCOCHO PERFECTO

Quítate el miedo a hacer un bizcocho perfecto

Trucos para un bizcocho esponjoso perfecto

Somos muchos, los que disfrutamos con un buen bizcocho esponjoso.

Es más, cuando nos apetece un bizcocho casero, nos imaginamos el típico, que es súper esponjoso y que incluso nos cuesta darle un bocado de lo alto que ha quedado.

Pero es cierto que hacerlo, a veces, no es tan fácil como parece. Y es por eso que hoy os cuento mis mejores 10 trucos. Después de leer este post, no volveréis a tener problemas.

Soy la primera que cuando hacía uno, me asomaba mil veces a la puerta del horno a ver como estaba, por si se estaba hundiendo, si se estaba haciendo un volcán, si se estaba cuarteando… Tengo que reconocer que me daba pánico. Lo hacía minuciosamente, con cariño y con paciencia y no había forma de que me quedase esponjoso.

En cambio mi suegra, lo hacía casi sin ningún paso (juntando todos los ingredientes a la vez), y le quedaban espectaculares (debe de ser cosa de experiencia).

Mis primeros bizcochos fueron el bizcocho de naranja (soy de Valencia y la naranja me pierde), el bizcocho de yogur y el bizcocho de limón, que con su ralladura de limón y aroma me vuelve loca.

Así que me propuse a que me saliesen perfectos, y empecé a leer mucho y a hacer miles de pruebas y aquí están mis 10 trucos.

Trucos para un bizcocho esponjoso perfecto

Truco 1

La receta

Seguiremos la receta al pie de la letra.

Siempre os doy este consejo como primer truco, pero es cierto que a veces, modificamos la receta sin darnos cuenta, o añadimos los ingredientes a ojo.

Y una vez horneado, nos sale un desastre y le echamos la culpa a la receta. Cuando hemos sido nosotros los que la hemos modificado.

Así que escoged una receta de un blogger (puedo ser yo ❤) o pastelero que os guste y seguid la receta al pie de la letra.

Debemos recordar que hacer una receta no deja de ser un proceso químico, que según cómo mezclemos los ingredientes, producirán unas reacciones químicas que harán que nuestra receta sea un éxito.

Nunca modificaremos la receta ni añadiremos los ingredientes a ojo


Truco 2

Los ingredientes 

Es muy importante que todos nuestros ingredientes estén a temperatura ambiente.

Por lo que os recomiendo que los preparéis (bien pesados) y los dejéis que se atemperen a unos 20ºC, aproximadamente.

Si añadimos un ingrediente muy frío podemos llegar a cortar el proceso químico. Por lo tanto, no nos cuesta nada, dejar los huevos, la leche y la mantequilla fuera de la nevera media horita antes de empezar con la receta.


Truco 3

Los huevos 

Para que un bizcocho nos quede muy esponjoso, debemos airear mucho los huevos. Con airear me refiero a batirlos bien, hasta que parezcan una mousse blanquecina.

Normalmente si usamos batidora de varillas o robot de cocina son unos 5 minutos a velocidad media. Cuando veamos que tenemos una textura súper esponjosa, tendremos listos nuestros huevos. 

Es aconsejable usar huevos camperos o ecológicos, ya que aportarán un sabor más intenso y delicioso y un color más bonito.

Si los huevos están a temperatura ambiente, retienen mas aire, por lo que nos quedarán mejor aireados


Truco 4

Esencias y aromatizantes

Siempre usaremos algún aromatizante o esencia para dar un sabor único a nuestro bizcocho, por lo que tienen que ser de calidad, ya sean en líquido o en pasta.

Eso sí, tenemos que tener en cuenta que al añadirlo (a no ser que la receta lo indique ya), debemos restar la cantidad que añadamos, al líquido.

Las especias no alterarán la cantidad de los ingredientes, pero el cacao, el café soluble, incluso el coco rallado sí, por lo tanto restaremos los gramos que usemos, de la cantidad de la harina


Truco 5

La harina

Lo que estamos buscando es un bizcocho perfecto y muy esponjoso, y la harina también tiene un papel muy importante en la masa, ya que necesitamos que sea muy fina y que esté aireada.

Para ello precisaremos tamizarla antes de añadirla a nuestra mezcla. Siempre añadiremos harina suave, ya que esta contiene menos gluten y hará que tenga mejor consistencia.

Cuando añadamos la harina, solamente la mezclaremos hasta que se integre. Ya que un sobrebatido hará que se forme el gluten y que nos quede más apelmazado.


Truco 6

Aceite de oliva virgen extra, aceite de girasol o mantequilla

Para que la masa sea perfecta, debemos añadirle la grasa, y por ello podemos añadirle, aceite de oliva virgen extra (aove), aceite de girasol o mantequilla, pero… ¿ cual elegimos?.

La mantequilla, aportará un sabor más intenso, por lo que si queremos un sabor a mantequilla, debemos asegurarnos de que esta sea de calidad y nos guste.

Además por norma general, la tenemos que añadir junto a los huevos y batirla hasta conseguir una crema blanquecina y esponjosa, así que debemos intentar que no se nos funda.

Si esto pasase, debemos parar de batir e introducir la mezcla unos minutos en la nevera.

Si la receta no lo indica, no fundir la mantequilla al microondas, ni ablandarla con calor. La cortaremos en taquitos pequeños para que se atempere más rápido.

El aceite de oliva virgen extra (aove), este oro liquido aportará un color y un sabor muy típico, pero conseguiremos que nuestro no suba tanto.

Además si añadimos pepitas de chocolate o frutos secos, al quedarse la masa más líquida que con la mantequilla, se nos irán al fondo.

El aceite de oliva virgen extra, aportará un bonito color y un sabor más intenso, que nos recordará a los bizcochos y magdalenas de nuestras abuelas

El aceite de girasol, aportará la grasa necesaria pero no tanta como con el aceite de oliva, por lo que el volumen de  nuestro bizcocho no se verá afectado, pero el sabor será prácticamente inapreciable y pasará lo mismo con las pepitas de chocolate, frutos secos incluso con las frutas confitadas.

Para sustituir la mantequilla por aceite tendremos en cuenta que por cada 100 gr. de mantequilla necesitaremos 90 ml. de aceite


Truco 7

Los líquidos

No podemos hacer un bizcocho sin líquido, así que este es otro ingrediente muy importante.

Normalmente usaremos leche, ya que aporta sabor y nutrientes, pero tenemos que tener en cuenta que si añadimos mermeladas o miel, la cantidad de líquido variará.

Incluso si queremos añadir fruta, deberemos triturarla y sustituiremos tanto líquido como puré de frutas queramos añadir, ya que este contará como líquido.

El líquido es el último ingrediente que añadiremos a nuestra mezcla, como norma general, por lo que debe de estar tibio. Podemos darle un toque de calor, pero que no llegue a estar caliente, porque puede fundir la mantequilla.

Para que nos quede más esponjoso, podemos sustituir la leche por buttermilk (mezclaremos 250 ml. de leche entera o nata con 30 ml. de zumo de limón y lo dejaremos reposar 15 minutos).


Truco 8

El molde

Podemos usar cientos de moldes, hoy en día hay una variedad súper extensa, pero a mí personalmente me gustan mucho más los moldes desmoldables de metal, ya sean de acero o hierro fundido. Son los que mejor reparten el calor.

También tendremos en cuenta el tamaño (aquí el tamaño sí importa), cuanto más grande sea nuestro molde, más mezcla usaremos o más fino nos quedará, por lo tanto fijaos en el molde que se recomienda en cada receta.

Ya que si de lo contrario cogemos un molde muy pequeño nuestra mezcla se saldrá.

Debemos tener en cuenta que el molde hay que rellenarlo 3/4 partes de su capacidad (esto nos sirve también para los cupcakes o magdalenas).

Siempre engrasaremos el molde, ya sea con aceite, mantequilla o spray anti-adherente (a mí personalmente el spray me encanta)

Algo que a mí me funciona genial, es humedecer un trapo de cocina y enrollarlo alrededor del molde, aporta humedad y ayuda a que suba de forma uniforme, por lo que queda mucho más bonito.

Wilton tiene unas bandas especificas para esto, pero yo uso un trapo de cocina viejo (se queda como quemado, por lo que no es conveniente usar uno nuevo cada vez) y me queda genial.


Truco 9

El horneado

Como siempre decimos los bloggers y cocineros, cada horno es un mundo y tenemos que tenerlo como amigo y conocerlo.

Como norma general, siempre tenemos que precalentarlo, así que no metemos el molde en el horno, si no está a la temperatura que deseemos, ya que no controlaremos el tiempo de cocción.

La temperatura de horneado de un bizcocho suele rondar entre los 170ºC y los 180ºC y unos 40 minutos de tiempo de cocción.

Siempre y cuando la receta no lo indique, hornearemos con calor arriba y abajo y con la bandeja en el centro.

Si veis que vuestro horno da más calor por arriba y que se os suelen quemar, podéis poner una hoja de papel de plata en la parte superior, así el calor no será tan directo.

Pero ponerla siempre con el horno apagado.


Truco 10

El desmoldado

Aunque parezca un punto insignificante, el desmoldado hay que hacerlo correctamente si no queremos estropear todo lo hecho hasta el momento.

Así que lo que haremos siempre, es apagar el horno y entreabrir un poco la puerta para que se vaya atemperando poco a poco, unos 5 minutos.

A continuación, lo sacaremos del horno y lo dejaremos que enfríe dentro del molde otros 10 minutos, esto nos ayudará a que no este pegado ningún trozo y nos lo llevemos detrás intentando desmoldarlo.

Y una vez lo tengamos desmoldado lo dejaremos que se enfríe por completo sobre una rejilla.

Trucos para un bizcocho esponjoso perfecto

Con todos estos trucos, ya estáis preparados para hacer un bizcocho increíble, también podéis adaptar las recetas con el edulcorante que queráis, eso sí, os recomiendo leer mi post sobre azúcares para saber cual es el más adecuado, pero aun así os pueden surgir algunos problemillas, así que os los voy a solucionar un poco más abajo.

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¿Que le ha pasado a mi bizcocho?

  • Se me ha hundido por el centro: Horno con baja temperatura, cambio brusco de temperatura (no abrir la puerta del horno hasta pasados 30 minutos), o exceso de azúcar.
  • Se ha hundido al sacarlo del horno: Cambio brusco de temperatura o corriente de aire.
  • Me ha quedado el bizcocho seco: Envuélvelo en papel film, del calor producirá humedad y nos quedara más tierno.
  • Me ha salido un volcán en el centro: Exceso de temperatura del horno o exceso de polvos para hornear.
  • Se me ha agrietado el bizcocho: Demasiada harina para poco líquido.
  • Mi bizcocho tiene una textura granulosa: Exceso de batido o temperatura del horno baja.
  • Me ha quedado duro: Exceso de temperatura, poco azúcar o grasa y demasiada harina.
  • Me ha quedado pastoso: Demasiado tiempo en el molde después del horneado.
  • Me ha quedado apelmazado: Exceso de líquido o cambio brusco de temperatura.

Bueno amores, aquí os dejo los problemillas más comunes, si tenéis alguno que falte y no sepáis porque o tengáis alguno que os haya pasado y sepáis ya como solucionarlo estaré encantada de leerlos más abajo en vuestros comentarios.

Cuantas más aportaciones tengamos mejor nos saldrán. Así que espero que os haya gustado este post.

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